Me entusiasma volver así, FELIZ, porque tras un verano de huracanes, todos se han ido disipando para dejar paso a un septiembre limpio, sereno y con su calmada luz naranja.
Quiero que sepáis que vuestras palabras de ánimo y cariño fueron grandes sombrillas de colores en las que resguardarme dentro del temporal y que os agradezco de corazón cada una de ellas.
Lo primero que haré, será encaminarme al punto más alto de la isla, equipada con el más potente de mis catalejos, para encontrar todas y cada una de las entradas de vuestros blogs perdidas en estos meses, y, aunque no podré comentarlas todas, prometo leerlas, aún si cabe, con más aprecio que nunca.
Un beso enorme.